Jueves 26 de abril.-
Lo primero era asomarse por al ventana. Eran las 7 de la mañana. ¡Glup!, estaba lloviendo, y por el agua que se veía, se había tirado lloviendo toda la noche.
¡Veremos si al final nos vamos en piragua a Jerez!
Nos habíamos reunido el domingo anterior para repasar lo que teníamos que llevar, intercambiarnos las llaves de repuesto de las motos, ultimar detalles de la ruta a seguir y repostajes. Llevamos todos nuestra lista y nuestro mapas.
A eso de las 10 de la mañana dejó de llover, el suelo comenzó a secarse y el sol hizo su aparición. Casi mejor así, la carretera limpia de grasa y seca. Está claro que quien no se conforma es porque no quiere.
Se tenía previsto salir del trabajo a las 12.00 para, a las 12.45 o 13.00, coger carretera y manta, pero al final se retrasó un poco la salida, pues las cosas se complicaron en el trabajo por lo que salimos algo mas tarde de lo previsto; pero eso no torció nuestros planes. Jose y Chule se acercaron a casa mientras acababa de subir las cosas a la moto y terminaba de acicalarme.
Eran las 13.30 horas, cuando nos subimos a la moto y comenzábamos nuestro viaje. Nos esperaban 5 días, muchos kilómetros, muchas curvas y muchas emociones.
Tomamos rumbo a Ciudad Real por la Autovía de los Viñedos, tomando el desvío a la altura de Mora hacia Gálvez (CM-410) y desde allí hasta Ciudad Real (N-401). En un principio teníamos pensado tirar desde Ciudad Real, por Poblete, a coger la N-402 en Brazatortas, pero el deficiente estado de la calzada (CM-4115) que nos llevaba por Villamayor de Calatrava y Almodóvar del Campo, y que yo había hecho en coche dos semanas antes, nos hizo desistir y decidirnos pasar por Puertollano.
En la gasolinera de Brazatortas realizamos nuestra primera parada para repostar y comer,
